Entre la
definición de cine que nos ofrece cualquier diccionario como "arte de
representar imágenes en movimiento en una pantalla mediante la
fotografía", hasta la concepción de Ricciotto Canudo como "artes
rítmicas en movimiento rítmico, artes rítmicas en cuadros y esculturas de
luz", o el mismo Orson Welles que lo define como "una cinta de
sueños", existe todo un espectro de conceptos y modos de entender el cine.
No obstante, la
literatura especializada en sus definiciones sobre cinematografía deriva
principalmente en cuatro conceptos que precisan bastante bien lo que es el
cine: cultura, espectáculo, arte y medio de comunicación.
No podemos ser
independientes de la cultura; la cultura nos desarrolla y nos hace ser las
personas que al final somos. Aguilar, P. (1996) concluye que el desarrollo de
la persona necesita de todo lo que nos ofrece o nos niega el entorno, y en él
la cultura es como un compendio de lo que nuestros antecesores han ido
construyendo. Pero la interpretación y reelaboración de nuestra vida es
constante y para ello necesitamos conocer nuestros sentimientos, afectos y
emociones, así como también conocer los distintos elementos simbólicos y de
representación del hombre a fin de encontrar significados vitales.
Pensamos que en
estos dos sentidos es donde podemos entender el cine como cultura: primero, por
su capacidad de recrear y reconstruir nuestra vida personal y social, y
segundo, por la virtud de compilar con gran poder de representación y realismo
las reelaboraciones de nuestros deseos, sentimientos y proyectos, y ser capaz
de transmitirlas. Resume muy bien todo lo anterior GONZALEZ, J.F. (2002) al
plantear que el cine, como capacidad artística representativa, es utilizado por
el hombre para expresar y transmitir verdades, modelos y valores; conocimientos
y experiencias extraídas de hechos sucedidos.
Por otro lado,
uno de los principales objetivos del cine es entretener, distraer con fruición
y diluir aburrimientos y preocupaciones a cambio de un disfrute representativo
muy personal, y a la vez social (de masas). En este sentido creemos que el cine
es espectáculo. En efecto, es capaz de crear asombro, deleite, dolor, miedo,
etc. atrayendo nuestra atención y activando la contemplación intelectual hasta
lograr nuestra identificación con el relato fílmico. El poder de
sensibilización que tiene el cine soporta su concepción como un espectáculo.
Además, de un modo muy objetivo y concreto, el cine se considera un
"tipo" de espectáculo entre otros (teatro, televisión, deportes,
música,...), por su capacidad para atraer y concentrar masas en torno a un
espacio de ficción hecho para el disfrute.
También decimos
que el cine es arte, el séptimo arte, y como tal es una actividad humana
creadora de belleza mediante un despliegue de inteligencia y voluntad creativas
para suscitar sentimientos que involucran a la persona (GONZALEZ, J.F. -2002-).
En esta línea, si pensamos en los elementos del arte, con el cine estaríamos
ante un autor que expresa el sentimiento que lleva en sí mismo, creando un
objeto artístico material o inmaterial con fines estéticos, que penetra en el
mundo de lo sensible y que emociona al observador; en suma, reúne los
referentes fundamentales para ser un arte. Pero además, si consideramos que
para hacer arte el hombre se vale de materia, sonido, imagen, gesto o lenguaje
(REMÍREZ, P. 1998), sin duda alguna, el cine es un arte desde el punto de vista
de los medios que utiliza para crear.
Abundando más, si
consideramos que el cine es capaz de reunir otras artes como la literatura
(guiones), teatro (argumento, escenas, personajes,...), poesía (sutileza,
emociones,...), pintura (color, luz, perspectiva, puntos de vista,
atmósferas,...) arquitectura (decorados, exteriores, espacios,...), música
(banda sonora), fotografía (técnica de la luz, del color, enfoque, composición,
...); hemos de coincidir con GONZALEZ, J.F. 2002 en que el cine es un arte, y
además de gran versatilidad.
Por último, se
define al cine como un medio de comunicación en tanto que siempre expresa
intenciones, puntos de vista, costumbres... El cine es cronista del momento
histórico y continuamente transmite, no solo emociones como hemos visto, sino
también información. Así pues, comparte el común denominador de todo medio de
comunicación: la función comunicadora. Teniendo en cuenta su estructura
audiovisual-narrativa y la masa como audiencia, su potencia de difusión es muy
considerable, aunque por la necesidad de interpretación-reflexión por parte del
espectador para ser consumido, no es tan directo como otros medios (radio,
Internet,...). Sin embargo, la audiencia del cine (en sala) es
"cautiva" y por ello queda más dispuesta a recibir el mensaje, lo
cual unido al clima de gran atención y abstracción (oscuridad y silencio) y a
la gran calidad audiovisual, hacen del cine un medio de comunicación social de
gran impacto personal en el espectador.
Finalizamos este
artículo recordando que además de estos cuatro enfoques del cine, podríamos pensar
en él como un oficio, un producto comercial, un proyecto técnico, una pasión,
una crónica, un experimento,... y desde luego, como un recurso didáctico para
enseñar en valores, lo cual haremos en capítulos sucesivos, pues en definitiva,
éste es el objetivo de nuestro proyecto colaborativo.
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