La salud, según
la Organización Mundial de la Salud, tiene una definición concreta: es el
estado completo de bienestar físico y social que tiene una persona.
Esta definición
es el resultado de una evolución conceptual, ya que surgió en reemplazo de una
noción que se tuvo durante mucho tiempo, que presumía que la salud era,
simplemente, la ausencia de enfermedades biológicas.
A partir de la
década de los cincuenta, la OMS revisó esa definición y finalmente la reemplazó
por esta nueva, en la que la noción de bienestar humano trasciende lo meramente
físico. La Organización Panamericana de la Salud aportó luego un dato más: la
salud también tiene que ver con el medio ambiente que rodea a la persona.
La salud física,
que corresponde a la capacidad de una persona de mantener el intercambio y
resolver las propuestas que se plantea. Esto se explica por la historia de
adaptación al medio que tiene el hombre, por lo que sus estados de salud o
enfermedad no pueden estar al margen de esa interacción.
La salud mental,
el rendimiento óptimo dentro de las capacidades que posee, relacionadas con el
ámbito que la rodea. La salud radica en el equilibrio de la persona con su
entorno de ese modo, lo que le implica una posibilidad de resolución de los
conflictos que le aparecen.
La OMS, luego de
caracterizar el concepto de salud, también estableció una serie de componentes
que lo integran: el estado de adaptación al medio (biológico y sociocultural),
el estado fisiológico de equilibrio, el equilibrio entre la forma y la función del
organismo (alimentación), y la perspectiva biológica y social (relaciones
familiares, hábitos). La relación entre estos componentes determina el estado
de salud, y el incumplimiento de uno de ellos genera el estado de enfermedad,
vinculado con una relación triádica entre un huésped (sujeto), agente
(síndrome) y ambiente (factores que intervienen).
Otro aspecto en
el que se centra la caracterización de la OMS(que pertenece a la ONU) es la
organización de la salud pública. Con esto se hace referencia a todas las
medidas que puedan tomarse desde los organismos gestionados por el Estado para
la prevención de dolencias y discapacidades, para la prolongación de la vida y
para la educación de los individuos en lo que respecta a la higiene personal.
Afirma la OMS que “la salud es parte de la responsabilidad de los gobiernos”.
En este sentido es mucho lo que se puede hacer, incluyendo la mejora de los
hospitales públicos, el fomento a la iniciativa privada (que contemple que la
salud es un derecho de todos los individuos) y la protección del medio
ambiente.
Componentes de la salud según la OMS
La OMS afirma que
la salud contiene una serie de factores que la componen. Para comenzar, el
estado de adaptación al medio ya sea biológico o sociocultural; el estado
fisiológico de equilibrio; el equilibrio entre la forma y la función de un
organismo y la perspectiva biológica y social como las relaciones familiares o
los hábitos.
Es la estrecha
relación y semejanza entre estos aspectos lo que determina el completo estado de
salud de un ser particular y es la carencia de uno de ellos lo que genera
cualquier estado de enfermedad.
Toda enfermedad
consta de una relación entre un huésped (sujeto), un agente (síndrome) y
ambiente (factores que intervienen).
En el ámbito
laboral, la OMS también se pronuncia al hacer referencia a la salud
ocupacional. Con este término se entiende a la actividad que promueve la salud
de las personas en sus ámbitos laborales. Tiene que ver con las condiciones
físicas del trabajador, pero también con lo psicológico. A la hora de ingresar
a un trabajo, las personas se ven sometidas a un examen de salud, pero los
accidentes laborales, los movimientos repetitivos asociados a determinadas
tareas, la exposición a condiciones perjudiciales o el estrés y la presión por
parte de superiores pueden deteriorar sus condiciones.
Para evitar esto
es necesario que quienes contratan trabajadores lo hagan asegurándolas
condiciones de trabajo adecuadas, enmarcadas en normas de seguridad, y también
es necesario que el Estado, mediante sus organismos de control, propenda al
cumplimiento de las leyes en este sentido. Hoy en día existen muchos planes (de
medicina preventiva, de seguridad, de higiene) que tienen como objetivo
preservar la salud de los empleados en su ambiente laboral.
8 Remedios caseros para
la presión alta
(Naturales)
Un buen remedio casero para ayudar a controlar la presión arterial alta es tomar el jugo de limón con agua de coco o consumir las cápsulas de ajo diariamente porque estos ingredientes poseen propiedades que ayudan a controlar la tensión arterial.
Aunque estos remedios caseros son útiles para complementar el tratamiento para la presión arterial alta, sólo deben tomarse con el conocimiento del cardiólogo, ya que no sustituyen los medicamentos recetados por el médico.
El agua de ajo es una excelente forma de regular la presión arterial debido a que estimula la producción de óxido nítrico, que es un gas con fuerte acción vasodilatadora, que facilita la circulación de la sangre y disminuye la presión sobre el corazón.
Además de esto, el ajo es un excelente aliado para mantener la salud cardiovascular de cualquier persona, debido que posee increíbles propiedades antioxidantes y protectoras de los vasos sanguíneos que evitan el surgimiento de problemas como la aterosclerosis.
Una excelente forma de consumir el ajo es tomando agua aromatizada de ajo o sus cápsulas a lo largo del día.
Ingredientes
- 1 diente de ajo crudo, sin cáscara y machacado;
- 100 ml de agua.
Modo de preparación
Coloque el diente de ajo en un vaso de agua y déjelo reposar durante 6 a 8 horas (mientras duerme, por ejemplo) y tome esta agua en ayunas a la mañana siguiente, o prepare un litro de agua con ajo y beba a lo largo del día.
Además de esta agua, el ajo puede ser ingerido a lo largo del día con la comida, siendo de más fácil ingestión que el agua. Un buen consejo es agregarle algunos dientes de ajo al aceite de oliva. Así, siempre que utilice el aceite de oliva, además de consumir una grasa buena también estará utilizando las propiedades del ajo.
2. Jugo de limón
Un buen remedio casero para controlar la presión alta es tomar una limonada mezclada con agua de coco porque este jugo posee propiedades diuréticas que ayudan a regular la presión arterial.
Ingredientes
- 3 limones;
- 200 ml de agua de coco.
Modo de preparación
Mezclar muy bien los ingredientes y beber a continuación. Tomar 1 vez al día.
3. Té de alpiste
Un buen remedio casero para la presión alta es comer, preparar agua de alpiste o hacer una infusión, debido a que es una alimento rico en antioxidantes y otros componentes que poseen propiedades vasodilatadoras, ayudando a disminuir la presión arterial.
Ingredientes
Modo de preparación
Colocar los ingredientes en una olla y dejar hervir durante 5 minutos. Tape la olla y deje reposar durante 10 minutos aproximadamente, luego puede colarla y beberla a continuación. Tomar de 2 a 3 tazas de este té por día.
4. Jugo de arándano azul
Además de ser una excelente fuente de antioxidantes, combatir enfermedades como el cáncer y evitar el envejecimiento precoz, los arándanos también ayudan a disminuir la presión arterial, especialmente cuando se consumen a diario.
Asimismo, su acción parece notarse más en personas que poseen un alto riesgo cardiovascular, como los obesos o personas con síndrome metabólico, pudiendo ser usado como tratamiento complementario indicado por el médico.
Ingredientes
- 1 taza de arándanos azules;
- ½ vaso de agua;
- Jugo de ½ limón.
Modo de preparación
Licúe todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea. Este jugo debe consumirse 1 a 2 veces por día.
5. Té de flor de jamaica
La flor de jamaica, también conocida como hibisco, es una planta que ha sido muy utilizada durante el proceso de pérdida de peso. Sin embargo, esta planta tiene otros efectos importantes, como la reducción de la presión arterial. Esto ocurre debido a que es rico en antocianinas, las cuales son flavonoides que ayudan a regular la tensión.
Sin embargo, para obtener mejores resultados se deben utilizar los cálices de las flores más oscuros. Los cálices son las estructuras que conectan la cola de la flor a los pétalos. Mientras más oscuras sean las flores, mayor es la cantidad de antocianinas y mayor será su efecto para reducir la presión arterial.
Ingredientes
- 1 a 2 gramos de flor de jamaica;
- 1 taza de agua hirviendo.
Modo de preparación
Coloque los cálices de la flor de jamaica en el interior de la taza y deje reposar entre 5 a 10 minutos. Después cuele y beba 1 a 2 veces por día, manteniendo por lo menos 8 horas de intervalo entre una taza y otra.
Aunque todavía no existan estudios que comprueben, es posible que el hibisco sea tóxico por encima de la dosis diaria de 6 gramos. Por lo que se aconseja que no se aumenta la dosis indicada.
El té de flor de jamaica puede tener un sabor bastante amargo, por esto en caso sea necesario, puede agregar una pequeña cucharada de estevia o de miel para endulzarlo.
6. Té de cola de caballo
El té de cola de caballo es un excelente diurético natural que aumenta la producción de orina y la eliminación del exceso de líquidos en el cuerpo. Por lo que es un excelente aliado para disminuir la presión arterial en personas que sufren de retención de líquidos, ya que el exceso de agua en el cuerpo causa más estrés sobre el corazón, empeorando los casos de hipertensión.
Sin embargo, este té sólo debe ser utilizado puntualmente cuando es difícil controlar la presión con otros métodos y existe mucha retención de líquidos. Por lo que este té no debe consumirse por más de 1 semana seguida, ya que también provoca la eliminación de minerales importantes a través de la orina.
Ingredientes
- 2 a 3 cucharadas de hojas de cola de caballo secas;
- 500 ml de agua hirviendo.
Modo de preparación
Coloque las hojas de cola de caballo en el agua hirviendo y deje reposar durante 5 a 10 minutos. Después cuele y beba tibio. Este té puede consumirse 2 a 3 veces por día.
7. Té de valeriana
La raíces de valeriana contienen excelentes propiedades calmantes y relajantes que ayudan a mejorar la circulación sanguínea. Además de esto, por ser muy calmante y actuar directamente en el neurotransmisor GABA, la valeriana puede ser utilizada especialmente en personas que tienen crisis de ansiedad frecuentes, las cuales pueden causar aumento de la presión arterial.
Ingredientes
- 5 gramos de raíz de valeriana;
- 1 taza con agua hirviendo.
Modo de preparación
Coloque la raíz de valeriana en la taza con el agua hirviendo, dejándola reposar durante 5 a 10 minutos. Cuele y beba 2 a 3 veces por día. En algunas personas este té puede causar somnolencia durante el día, debiendo en estos casos, ser utilizado sólo antes de dormir.
8. Té de hojas de olivo
Las hojas de olivo son uno de los mejores remedios naturales para la presión alta, debido a que a través de la acción de sus polifenoles consiguen regular la presión arterial y disminuirla, sin causar riesgo de hipotensión, así se hayan consumido en exceso.
Además de esto, también causan un ligero efecto calmante y relajante que ayudan a controlar los síntomas en personas que sufren de ansiedad constante.
Ingredientes
- 2 a 3 cucharadas de hojas de olivo secas;
- 1/2 taza con agua hirviendo.
Modo de preparación
Coloque las hojas de olivo en una taza con agua hirviendo, dejándola reposar entre 5 a 10 minutos. Cuele y beba tibio 3 a 4 tazas a lo largo del día.
Además del té, también existe el extracto de hojas de olivo, el cual puede comprarse en las tiendas de productos naturales bajo la presentación en cápsulas, las cuales pueden ser consumidas en una dosis de 500mg, 2 veces al día después de las comidas.
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